¿Cuántas habilidades para la vida hay?

¿Cuáles son las seis habilidades vitales más importantes para un joven?

Cualquier habilidad que sea útil en la vida puede considerarse una habilidad vital. Atarse los cordones de los zapatos, nadar, conducir un coche y utilizar un ordenador son, para la mayoría de las personas, habilidades vitales útiles. En términos generales, el término “competencias vitales” suele utilizarse para designar cualquiera de las competencias necesarias para afrontar bien y eficazmente los retos de la vida.

Por lo tanto, debe quedar claro que cada persona tendrá potencialmente una lista diferente de las habilidades que considera más esenciales en la vida, y de las que considera innecesarias. Una persona que vive en una comunidad rural remota puede situar la conducción de un coche en lo alto de su lista de habilidades esenciales. Un londinense o un neoyorquino, sin embargo, probablemente lo sitúe en un lugar bastante bajo.

Ciertas habilidades pueden ser más o menos relevantes para usted en función de sus circunstancias vitales, su cultura, sus creencias, su edad, su ubicación geográfica, etc. Sin embargo, en 1999, la Organización Mundial de la Salud identificó seis áreas clave de habilidades para la vida:

Al aprender nuevas habilidades, aumentamos nuestra comprensión del mundo que nos rodea y nos equipamos con las herramientas que necesitamos para vivir una vida más productiva y satisfactoria, encontrando formas de hacer frente a los retos que la vida, inevitablemente, nos lanza.

Habilidades para la vida de los jóvenes

El autoconocimiento incluye el reconocimiento de uno mismo, de nuestro carácter, de nuestros puntos fuertes y débiles, de nuestros deseos y disgustos. Desarrollar la conciencia de uno mismo puede ayudarnos a reconocer cuándo estamos estresados o nos sentimos bajo presión. Suele ser un requisito previo para una comunicación y unas relaciones interpersonales eficaces y para desarrollar la empatía con los demás.

Para tener una relación fructífera con nuestros seres queridos y con la sociedad en general, tenemos que entender y preocuparnos por las necesidades, los deseos y los sentimientos de los demás. La empatía es la capacidad de imaginar cómo es la vida de otra persona. Sin empatía, nuestra comunicación con los demás será un tráfico unidireccional.  La empatía puede ayudarnos a aceptar a los demás, que pueden ser muy diferentes a nosotros. Esto puede mejorar las interacciones sociales, especialmente en situaciones de diversidad étnica o cultural.

El pensamiento crítico es la capacidad de analizar la información y las experiencias de forma objetiva. El pensamiento crítico puede contribuir a la salud ayudándonos a reconocer y evaluar los factores que influyen en las actitudes y el comportamiento, como los valores, la presión de los compañeros y los medios de comunicación.

Habilidades básicas para la vida

La competencia psicosocial es la capacidad de una persona para afrontar eficazmente las exigencias y los retos de la vida cotidiana. Es la capacidad de una persona para mantener un estado de bienestar mental y demostrarlo en un comportamiento adaptativo y positivo mientras interactúa con los demás, su cultura y su entorno. La competencia psicosocial desempeña un papel importante en la promoción de la salud en su sentido más amplio, en términos de bienestar físico, mental y social. En particular, cuando los problemas de salud están relacionados con el comportamiento, y cuando el comportamiento está relacionado con la incapacidad de afrontar eficazmente el estrés y las presiones de la vida, la mejora de la competencia psicosocial podría suponer una importante contribución. Esto es especialmente importante para la promoción de la salud en un momento en el que el comportamiento está cada vez más implicado como fuente de problemas de salud. Las intervenciones más directas para la promoción de la competencia psicosocial son las que mejoran los recursos de afrontamiento de la persona y las competencias personales y sociales. En los programas escolares para niños y adolescentes, esto puede llevarse a cabo mediante la enseñanza de habilidades para la vida en un entorno de aprendizaje de apoyo.

Habilidades vitales que

Los seres humanos estamos llenos de potencialidades que se manifiestan en nuestra capacidad para hacer cosas ejemplares; por ejemplo, investigaciones científicas pioneras, servicios sociales encomiables, logros excelentes en diversos ámbitos de la vida, etc. Los psicólogos creen que todos estamos dotados de capacidades para sobresalir. Las habilidades para la vida ayudan a realizar y utilizar nuestros potenciales. A veces, con todas las capacidades, objetivos y determinaciones, fracasamos en la realización de nuestros sueños debido a los obstáculos creados por las malas habilidades vitales. De hecho, las habilidades para la vida no sólo ayudan a la realización de nuestros potenciales, sino también a vivir la vida de una manera contundente y significativa.

La Organización Mundial de la Salud define las habilidades para la vida como “las capacidades de comportamiento adaptativo y positivo que permiten a los individuos afrontar eficazmente las exigencias y los retos de la vida cotidiana”. Así pues, las habilidades para la vida son habilidades básicas que ayudan a los individuos a llevar una vida significativa y a adaptarse mejor a la sociedad. Implican un sinfín de aspectos positivos de nuestra vida, como los valores y la ética que poseemos, la actitud proactiva que mantenemos hacia la sociedad en la que vivimos y diversas habilidades interpersonales y psicosociales que tenemos.