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Tipos de criterios de evaluación
En todo el mundo existen muchos programas e intervenciones desarrollados para mejorar las condiciones de las comunidades locales. Las comunidades se unen para reducir el nivel de violencia existente, para trabajar por una vivienda segura y asequible para todos, o para ayudar a que más estudiantes obtengan buenos resultados en la escuela, por poner algunos ejemplos.
Pero, ¿cómo sabemos si estos programas están funcionando? Si no son eficaces, e incluso si lo son, ¿cómo podemos mejorarlos para que sean mejores para las comunidades locales? Y, por último, ¿cómo puede una organización tomar decisiones inteligentes sobre qué programas prometedores pueden funcionar mejor en su comunidad?
En los últimos años, ha habido una tendencia creciente hacia un mejor uso de la evaluación para comprender y mejorar la práctica.El uso sistemático de la evaluación ha resuelto muchos problemas y ha ayudado a innumerables organizaciones comunitarias a hacer mejor lo que hacen.
Sin embargo, a pesar de la mayor comprensión de la necesidad y el uso de la evaluación, ha faltado un marco básico acordado para la evaluación de programas. En 1997, los científicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos reconocieron la necesidad de desarrollar dicho marco. A raíz de ello, los CDC reunieron un Grupo de Trabajo de Evaluación compuesto por expertos en los campos de la salud pública y la evaluación. Se pidió a los miembros que desarrollaran un marco que resumiera y organizara los elementos básicos de la evaluación de programas. Esta sección de la Caja de Herramientas de la Comunidad describe el marco resultante de los esfuerzos del Grupo de Trabajo.
Ejemplos de criterios de evaluación de proyectos
Como estudiante, para tus proyectos de investigación vas a recopilar información de diversos tipos de fuentes, como libros, artículos de periódicos, artículos de revistas, bases de datos especializadas y sitios web. Al examinar cada fuente, es importante evaluarla para determinar la calidad de la información que contiene. Entre los criterios de evaluación más comunes se encuentran: el propósito y la audiencia a la que se dirige, la autoridad y la credibilidad, la exactitud y la fiabilidad, la actualidad y el tiempo, y la objetividad o el sesgo. Cada uno de estos criterios se explica con más detalle a continuación.
Plantilla de criterios de evaluación
Aunque no hay criterios de evaluación “correctos” o “incorrectos”, sí los hay mejores y peores, o al menos más útiles y menos útiles. Las características de los buenos criterios de evaluación son (adaptadas de Keeney y Gregory, 2005):
Aunque no es un requisito estricto, es una buena práctica comprobar que los criterios son también aditivos, o más formalmente, preferentemente independientes (Keeney, 1992). Esto significa que contribuyen de forma independiente al rendimiento total de una alternativa. Cuando los criterios son preferentemente independientes, se pueden utilizar legítimamente herramientas de modelización de decisiones simplificadas. Y dado que la independencia preferencial casi siempre se asume implícitamente, es mejor asegurarse de que la suposición es válida para evitar errores de lógica. Si no es válida, se requiere un análisis más complejo. Habrá que hacer concesiones a la hora de seleccionar los criterios. Por ejemplo, los criterios más “directos y orientados a los fines” tienden a ser menos “operativos”, ya que son difíciles de estimar o modelar. Los más “precisos” pueden no ser comprensibles para los responsables no técnicos.
Qué son los criterios de evaluación ejemplos ces
Estos criterios proporcionan un marco normativo utilizado para determinar el mérito o el valor de una intervención (política, estrategia, programa, proyecto o actividad). Sirven de base para los juicios de evaluación.
Es importante que las definiciones de los criterios se entiendan en un contexto más amplio y se lean junto con otros principios y orientaciones sobre cómo realizar evaluaciones que sean útiles y de alta calidad
Deben ser contextualizados, es decir, entendidos en el contexto de la evaluación individual, la intervención que se evalúa y las partes interesadas. Las preguntas de la evaluación (lo que se intenta averiguar) y lo que se pretende hacer con las respuestas, deben informar sobre cómo se interpretan y analizan específicamente los criterios.
En cambio, deben cubrirse en función de las necesidades de las partes interesadas y del contexto de la evaluación. Se puede dedicar más o menos tiempo y recursos al análisis evaluativo de cada criterio en función del objetivo de la evaluación. La disponibilidad de datos, las limitaciones de recursos, el calendario y las consideraciones metodológicas también pueden influir en cómo (y si) se cubre un criterio concreto.