Invertir en apuestas deportivas

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Dadas las similitudes entre estos dos mundos, una pregunta legítima podría ser: ¿cuál es más rentable? La respuesta no es fácil, ya que la investigación en este campo aún está en sus inicios, pero un trabajo científico, realizado por Long Rock Capital, muestra que las inversiones sistemáticas en estrategias de apuestas pueden superar tanto a los gestores de fondos de cobertura como al S&P 500.

Probablemente no, pero ahora se preguntará: ¿cómo puedo obtener beneficios con las apuestas? En otras palabras, ¿cómo puedo hacer mis apuestas como sugieren los analistas financieros? Como hemos visto en este artículo, el mercado financiero y el de las apuestas son profundamente similares, por lo que es posible aplicar los mismos principios cuantitativos a ambos. Si desea profundizar en este vínculo entre ambos, estos artículos le proporcionarán algunas ideas: Value Betting, La importancia de la diversificación, Mercados de predicción.

Los Mercados de Predicción son la bola de cristal de nuestro tiempo, nos ayudan a realizar pronósticos más precisos sobre el futuro: desde quién será probablemente el próximo presidente de Estados Unidos hasta qué equipo ganará la Champions League de 2020

Los apostadores deportivos de éxito ven el mercado de las apuestas deportivas como una oportunidad de negocio o de inversión.  ¿Cómo se benefician los “apostadores astutos” a largo plazo?  ¿Cómo consiguen su ventaja?  En este artículo, veremos cómo los gestores de dinero profesionales obtienen un exceso de beneficios a largo plazo y cómo podemos aplicar técnicas similares para ayudarnos en nuestro hándicap deportivo.

Algunos inversores buscan valor siendo inversores contrarios.  Otros son inversores de impulso.  Otra estrategia consiste en seguir el ejemplo de los “inversores inteligentes”, como los gestores de fondos de éxito o inversores famosos como Warren Buffett.  A continuación, veremos qué similitudes podemos encontrar en el ámbito de la inversión deportiva.  La información contenida en este sitio es sólo para fines educativos y de entretenimiento. El uso de esta información en violación de cualquier ley federal, estatal o local está prohibido.

Muchos de nosotros hemos oído la frase “inversión contraria”.  ¿Cuál es la idea de ser un inversor contrario?  Si todo el mundo odia una acción (u otra inversión), esa acción podría estar infravalorada y ser una buena inversión a largo plazo.  Históricamente, comprar “acciones de valor” ha sido uno de los mejores métodos para invertir en el mercado de valores.

¿Cuántas veces ha escuchado a alguien decir durante una conversación sobre finanzas: “Invertir en la bolsa es como apostar en un casino”? Es cierto que tanto la inversión como el juego implican riesgo y elección, en concreto, el riesgo del capital con la esperanza de obtener un beneficio futuro. Pero el juego suele ser una actividad de corta duración, mientras que la inversión en renta variable puede durar toda la vida. Además, el rendimiento esperado de los jugadores es negativo, por término medio y a largo plazo. En cambio, la inversión en el mercado de valores suele conllevar un rendimiento esperado positivo por término medio a largo plazo.

Invertir es el acto de asignar fondos o comprometer capital en un activo, como las acciones, con la expectativa de generar una renta o beneficio. La expectativa de un rendimiento en forma de ingresos o de revalorización del precio es la premisa fundamental de la inversión. El riesgo y la rentabilidad van de la mano en la inversión; un bajo riesgo suele significar una baja rentabilidad esperada, mientras que una mayor rentabilidad suele ir acompañada de un mayor riesgo.

Los inversores deben decidir siempre cuánto dinero quieren arriesgar. Algunos operadores suelen arriesgar entre el 2 y el 5% de su capital base en cualquier operación concreta. Los inversores a largo plazo escuchan constantemente las virtudes de la diversificación entre diferentes clases de activos. Sin embargo, las expectativas de riesgo y rentabilidad pueden variar mucho dentro de una misma clase de activos, sobre todo si se trata de una clase grande, como es la de la renta variable. Por ejemplo, una acción de primera categoría que cotice en la Bolsa de Nueva York tendrá un perfil de riesgo-rentabilidad muy diferente al de una acción de microcapitalización que cotice en una bolsa pequeña.