¿Cuáles son los tipos de delegación?

Métodos de delegación

Una de las muchas habilidades necesarias para ser un gran líder en los negocios es el arte de delegar. Al igual que cuando empezamos a dar a nuestros hijos un poco de responsabilidad, hay diferentes etapas de delegación.

A veces es difícil saber cuándo hay que delegar y cuánta libertad hay que dejar, especialmente con los nuevos asociados. Sin embargo, tenemos que aprender a evitar la voz en nuestra cabeza que dice “Si quiero que se haga bien, tendré que hacerlo yo mismo”.  La primera regla de la gestión es la delegación. No intentes hacerlo todo tú mismo porque no puedes.  Anthea Turner

La delegación es la técnica administrativa en la que los supervisores otorgan a sus subordinados inmediatos la autoridad para realizar una tarea asignada. Para determinar si está delegando suficiente trabajo, hágase esta pregunta: “¿Podría la empresa arreglárselas sin mí si tuviera que ausentarme durante tres meses?”.

Tipos de delegación en una organización

Es el proceso organizativo por el que un directivo reparte su propio trabajo entre toda su gente. Implica darles la responsabilidad de realizar las tareas que se les delegan de la forma que consideren oportuna.

Junto con la responsabilidad, también comparten la cantidad correspondiente de autoridad. Esto garantiza que las tareas se puedan completar de forma eficiente y que el individuo se sienta realmente responsable de su realización.

En el mejor de los casos, la delegación permite a las personas hacer el trabajo para el que están mejor preparadas. Les permite invertir más en el trabajo y desarrollar sus propias habilidades y capacidades. También permite al directivo realizar otras tareas importantes que pueden ser más estratégicas o de mayor nivel.

Delegar la autoridad también puede mejorar la eficiencia al hacer que más empleados sean responsables de su propio trabajo y actividades. Se gasta menos tiempo y energía en supervisar y microgestionar a los empleados que son capaces y competentes. Su equipo se vuelve más capaz y puede lograr un mayor rendimiento como resultado.

Qué es la delegación

[1] La delegación es uno de los conceptos básicos del liderazgo directivo. El proceso implica que los directivos decidan qué trabajo deben hacer ellos mismos y qué trabajo deben delegar en otros para que lo realicen[1] Desde el punto de vista de la gestión, la delegación implica trasladar la responsabilidad del proyecto a los miembros del equipo, dándoles la oportunidad de finalizar el producto del trabajo de forma eficaz, con una intervención mínima[2] Lo contrario de una delegación eficaz es la microgestión, en la que un directivo proporciona demasiadas aportaciones, dirección y revisión del trabajo delegado. La delegación faculta al subordinado para tomar decisiones. Se trata de un desplazamiento de la autoridad para tomar decisiones, así como de la responsabilidad por los resultados, de un nivel organizativo a otro inferior[2]. Sin embargo, un cierto nivel de responsabilidad por el resultado del trabajo sigue recayendo en la persona que delegó el trabajo en un principio.

La delegación está ampliamente aceptada como un elemento esencial de la gestión eficaz[4] y es una de las herramientas de gestión más útiles que existen. La capacidad de delegar es una habilidad crítica, aunque difícil de desarrollar, para gestionar con eficacia[5] Hay una serie de factores que facilitan la delegación efectiva por parte de los directivos. Entre ellos se encuentran: “Reconocer y respetar las capacidades de los demás; evaluar las tareas y comunicar cómo encajan en el panorama general; adecuar las personas a las asignaciones; proporcionar apoyo y estímulo; tolerar la ambigüedad y la incertidumbre; interpretar el fracaso como una clave para el aprendizaje”[5] Dado que las organizaciones son entidades tan complejas y dinámicas, el éxito de los objetivos depende en gran medida de la eficacia con la que se puedan delegar las tareas y responsabilidades[6] Hay una serie de características que se aplican a la delegación. En primer lugar, como ya se ha dicho, es el proceso de asignar la autoridad de una tarea a un empleado de apoyo. Esto también desplaza la autoridad para tomar decisiones relacionadas con esta tarea. La delegación de tareas a través de los niveles organizativos crea conexiones y desarrolla una cadena de autoridad[7].

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La delegación es una habilidad de liderazgo esencial, pero no es fácil gestionarla. Los tipos de delegación son diferentes formas de delegar tareas. Estas diferentes formas son lo que denominamos “estilos de delegación”. Conocer su “estilo de delegación” le ayudará a comprender la cantidad de esfuerzo necesaria para delegar cualquier tarea de la mejor manera.

En este artículo, exploraremos cinco tipos de estilos de delegación que le ayudarán a delegar con eficacia y a realizar el trabajo de la forma más eficiente. Le ayudará a determinar dónde encaja usted en su enfoque de delegación

La forma instructiva es el estilo básico de delegación. Usted le dice directamente a la persona lo que tiene que hacer. Aquí no hay margen de discusión ni de decisión. Se conoce como: ‘Esto es lo que tienes que hacer’. Explicas la tarea, estableces unas expectativas claras e informas sobre los plazos y ¡listo!

En este estilo, pides consejo al miembro del equipo en el que delegas la tarea. No das instrucciones directas, sino que pides a los miembros del equipo que investiguen y aporten ideas. Como líder o gestor, decides entonces si necesitas hacer algún ajuste o cambio en el enfoque ya establecido