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El desarrollo socioemocional representa un ámbito específico del desarrollo infantil. Se trata de un proceso gradual e integrador a través del cual los niños adquieren la capacidad de comprender, experimentar, expresar y gestionar las emociones y desarrollar relaciones significativas con los demás[1]. Como tal, el desarrollo socioemocional abarca una amplia gama de habilidades y constructos, entre los que se incluyen: la autoconciencia, la atención conjunta, el juego, la teoría de la mente (o la comprensión de las perspectivas de los demás), la autoestima, la regulación de las emociones, las amistades y el desarrollo de la identidad.
El desarrollo socioemocional sienta las bases para que los niños puedan realizar otras tareas de desarrollo. Por ejemplo, para completar una tarea escolar difícil, un niño puede necesitar la capacidad de gestionar su sentimiento de frustración y buscar la ayuda de un compañero. Para mantener una relación romántica después de una pelea, un adolescente puede necesitar ser capaz de articular sus sentimientos y adoptar la perspectiva de su pareja para resolver con éxito el conflicto. Sin embargo, también está interrelacionado con otros ámbitos del desarrollo y depende de ellos. Por ejemplo, los retrasos o déficits del lenguaje se han asociado a las alteraciones socioemocionales[2].
Cronología del desarrollo socioemocional
El desarrollo socio-emocional incluye la experiencia, la expresión y la gestión de las emociones del niño y la capacidad de establecer relaciones positivas y gratificantes con los demás (Cohen y otros 2005). Abarca los procesos intra e interpersonales.
Las características principales del desarrollo emocional incluyen la capacidad de identificar y comprender los propios sentimientos, de leer y comprender con precisión los estados emocionales de los demás, de gestionar las emociones fuertes y su expresión de forma constructiva, de regular el propio comportamiento, de desarrollar la empatía hacia los demás y de establecer y mantener relaciones. (Consejo Científico Nacional sobre el Niño en Desarrollo 2004, 2)
Cohen, J., y otros. 2005. Helping Young Children Succeed: Strategies to Promote Early Childhood Social and Emotional Development. Washington, DC: Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales y Zero to Three. (consultado el 7 de diciembre de 2006)
Dunn, J. 1994. “Changing Minds and Changing Relationships”, en Children’s Early Understanding of Mind: Origins and Development. Editado por C. Lewis y P. Mitchell. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.
Las investigaciones demuestran -y probablemente usted lo haya comprobado de primera mano- lo importante que es que los niños se sientan seguros, valorados y atendidos, y que desarrollen sólidas habilidades socioemocionales. Como profesor de TK, tiene la oportunidad de desempeñar un papel vital en la vida de los niños durante un período de crecimiento socio-emocional crítico.
El desarrollo socioemocional incluye la experiencia, la expresión y la gestión de las emociones de los niños; los comportamientos prosociales; los comportamientos en el aula (por ejemplo, prestar atención); la confianza en sí mismos y su capacidad para establecer relaciones positivas y gratificantes con los demás.
Las investigaciones actuales demuestran que la autorregulación de las emociones y el comportamiento es uno de los factores más importantes para predecir el éxito académico y conduce al éxito en el trabajo, en los entornos sociales y en la vida de todos los jóvenes escolares. Los alumnos seguros de sí mismos que salgan de su aula tendrán las herramientas fundamentales que necesitan para seguir teniendo éxito en la escuela y más allá.
El desarrollo socioemocional consta de tres áreas principales de autorregulación de los niños: 1) actuar (comportarse de forma socialmente adecuada y que fomente el aprendizaje), 2) sentir (comprender las emociones de los demás y regular las propias) y 3) pensar (regular la atención y los pensamientos).
La enseñanza socioemocional
Cada vez más, habilidades como la empatía, la autorregulación, la escucha y la responsabilidad, entre otras -también llamadas a menudo habilidades socioemocionales-, son reconocidas por los educadores como centrales e inextricablemente entrelazadas con la educación académica.
Según una encuesta nacional de docentes, nueve de cada diez profesores creen que las habilidades sociales y emocionales pueden enseñarse. Las aulas pequeñas, como las que se ofrecen en la Escuela de Inmersión HudsonWay, proporcionan un entorno cálido y acogedor en el que el desarrollo socio-emocional de los niños pequeños -estudiantes de primaria y secundaria- se puede fomentar, enseñar y apoyar más fácilmente que en un entorno de clases más grandes.
En la Escuela de Inmersión HudsonWay, nuestras aulas están diseñadas para ser más pequeñas en los años de preescolar. Dado que se trata de una oferta única, nuestras aulas suelen tener entre 10 y 15 alumnos en nuestra escuela primaria, y aún más pequeñas en la escuela media, con entre 8 y 12 alumnos.
Las relaciones significativas, tanto entre los estudiantes y los adultos como entre los estudiantes y otros estudiantes, ayudan a mejorar las actitudes, las perspectivas y el éxito. Puede ser ventajoso trabajar con todos en el aula en un entorno más pequeño porque las clases más pequeñas proporcionan la oportunidad perfecta para enseñar intencionadamente habilidades sociales y emocionales como escuchar, expresar sentimientos a través de las palabras y la empatía. Esto, a su vez, puede conducir de forma natural a la formación de relaciones significativas entre profesores y alumnos, así como entre alumnos y otros alumnos, creando un entorno más completo y solidario en el que se anima a los alumnos a alcanzar logros tanto académicos como interpersonales.