El próximo boom de las criptomonedas
La criptodivisa es una moneda virtual asegurada mediante criptografía unidireccional. Aparece en un libro de contabilidad distribuido, llamado blockchain, que es transparente y se comparte entre todos los usuarios de forma permanente y verificable, y que es casi imposible de falsificar o piratear. La intención original de la criptomoneda era permitir que los pagos en línea se hicieran directamente de una parte a otra sin necesidad de un intermediario central como un banco. Sin embargo, con la introducción de contratos inteligentes, tokens no fungibles, stablecoins y otras innovaciones, los usos y capacidades adicionales están evolucionando rápidamente.
El valor de las criptodivisas se debe a una combinación de escasez y a la percepción de que son un depósito de valor, un medio de pago anónimo o una protección contra la inflación. Los inversores en criptodivisas pueden comprarlas o venderlas directamente en un mercado al contado, o pueden invertir indirectamente en un mercado de futuros o utilizando productos de inversión que ofrecen exposición a las criptodivisas.
Estos productos permiten a los inversores negociar con acciones de fideicomisos que poseen grandes conjuntos de una criptodivisa, aunque pueden implicar una alta volatilidad, elevadas comisiones y otros riesgos. Se negocian en el mercado extrabursátil (OTC) y se comportan como fondos cerrados.
Más allá de aprender los fundamentos de las criptodivisas, los inversores deben tener en cuenta los innumerables riesgos, entre ellos que el valor de las criptodivisas más populares ha sido volátil, que el mercado no es muy transparente, que las transacciones son irreversibles, que las protecciones al consumidor son mínimas o inexistentes y que los reguladores aún no han aclarado su enfoque para regularlas. Sugerimos que los inversores que quieran invertir en criptomonedas las traten como un activo especulativo utilizando fondos fuera de una cartera tradicional a largo plazo.
La Comisión del Mercado de Valores se ha mostrado en general escéptica con respecto a las criptodivisas, y sus presidentes han expresado su preocupación por la excesiva volatilidad del producto, la inadecuada protección de los inversores y la insuficiencia de la normativa, aunque el actual presidente de la SEC, Gary Gensler, ha declarado en varias ocasiones que no tenía intención de intentar prohibirlas. La agencia ha rechazado múltiples solicitudes de fondos cotizados (ETF) que invierten directamente en Bitcoin en los últimos años.
La criptomoneda, a veces llamada criptodivisa o cripto, es cualquier forma de moneda que existe digital o virtualmente y utiliza la criptografía para asegurar las transacciones. Las criptodivisas no tienen una autoridad central de emisión o regulación, sino que utilizan un sistema descentralizado para registrar las transacciones y emitir nuevas unidades.
La criptomoneda es un sistema de pago digital que no depende de los bancos para verificar las transacciones. Es un sistema “peer-to-peer” que permite a cualquier persona en cualquier lugar enviar y recibir pagos. En lugar de ser dinero físico que se transporta e intercambia en el mundo real, los pagos en criptodivisas existen puramente como entradas digitales en una base de datos en línea que describen transacciones específicas. Cuando se transfieren fondos en criptodivisas, las transacciones se registran en un libro de contabilidad público. La criptodivisa se almacena en carteras digitales.
La criptomoneda recibió su nombre porque utiliza la codificación para verificar las transacciones. Esto significa que el almacenamiento y la transmisión de los datos de la criptodivisa entre los monederos y los libros de contabilidad públicos requiere una codificación avanzada. El objetivo del cifrado es proporcionar seguridad y protección.