Calamares en su tinta arguiñano

Arroz cremoso de txangurro del País Vasco

Zarautz gusta mucho en verano, sí, pero cuando esta localidad guipuzcoana enamora es en invierno, con un tercio de gente y las olas gigantes que barren la carretera de Getaria. Para entrar en calor, calamares como Pelayo y paseos por los viñedos de montaña donde se elabora el txakoli. El chubasquero, imprescindible.

Con la mañana de surf y chacolí que nos espera, más vale desayunar bien, aunque sea bien. En la confitería Lanbroa (Nafarroa, 14) podemos comer un puesto. Cómo suena. Son los típicos toldos-casetas a rayas azules y blancas que se alquilan en la playa en verano, pero de galletas. Otro lugar que rebosa actividad y calorías a esta hora es el mercado (Nagusia, 27), sobre todo el puesto de Martín Zabala, con sus torres de queso de Idiazábal y tarros de anchoas de Getaria.

La idea de que el surf es un pasatiempo radical sólo para jóvenes atléticos y libres no va con Zarautz, que un siglo antes de convertirse en la meca vasca de este deporte ya era una playa familiar. Para las familias se ha diseñado el curso de iniciación al surf en Zarautz, que dura tres horas -repartidas entre el sábado y el domingo-, cuesta 50 euros por persona y lo imparten las siguientes escuelas Moor (943 02 08 94), Pukas (943 89 06 36), Zarauzko Surf Elkartea (943 89 02 25) y Zarauzko Surf Eskola (943 01 95 07). Las familias deben ser al menos tres.

Hace unos días, el Gobierno británico tomó la decisión de obligar a los turistas británicos a estar en cuarentena al volver a casa desde España. Esto me pareció una noticia muy dura, tanto para los turistas británicos como para los empresarios turísticos de España. Ahora explicaré mi punto de vista.

Sin embargo, nunca he oído que aparezca un nuevo brote en un supermercado, o en una farmacia, o en una calle; no, porque, en esos lugares, casi todo el mundo tiene una mascarilla y mantiene la distancia social, que el gobierno español nos pidió. Así que creo que si hacemos caso a lo que recomiendan los expertos, no deberíamos tener ningún problema.

Retira los tallos de los pimientos rojos secos. Ponerlos en una cacerola y cocinarlos durante 20 minutos. Aparta, saca la carne y resérvala. Reservar también 400 ml del agua de cocción de los pimientos rojos secos.

Pela los dientes de ajo, córtalos en láminas y dóralos en una sartén con un poco de aceite de oliva. Pelar las cebollas rojas, cortarlas en dados y añadirlas. Saltear las cebollas hasta que se doren. Pelar la manzana, quitarle el corazón, cortarla y añadirla. Añadir también la carne de los pimientos rojos secos, el pan rallado, el vino blanco y el agua de cocción de los pimientos rojos secos. Cocer la salsa a fuego medio durante unos 20 minutos. Pasarla por el pasapurés a una cacerola y mantenerla caliente.

Consideradamente única y absolutamente deliciosa, y un poco diferente de la cocina española en general, la cocina vasca es una deliciosa mezcla de las culturas del mar y de la montaña, y una cocina moderna de alta calidad con un toque profesional. El País Vasco es uno de los mejores destinos turísticos de España con un surtido excepcional de delicias culinarias que le harán desearlas una y otra vez. No tardará en adivinar por qué el País Vasco se ha convertido en un paraíso gastronómico.

Los pintxos son básicamente pequeños bocadillos del tamaño de un dedo que se sirven en bares y tabernas de todo el País Vasco. La mejor manera de conocer la cultura de España, y en especial del País Vasco, es a través de su gastronomía y participando de su centenaria tradición culinaria regional, y los pintxos están justo en el centro de la misma. Los pintxos están considerados como la piedra angular de la cultura local en el País Vasco.

Unos pocos de los mejores ingredientes locales entran en la elaboración de uno de los manjares españoles por excelencia, el Bacalao a la Vizcaína, uno de los favoritos del País Vasco. El ingrediente principal es, por supuesto, el bacalao, que es sin duda uno de los pescados más consumidos en España. El pescado se saltea suavemente en aceite de oliva y se adereza perfectamente con la salsa vizcaína, que es muy versátil y se utiliza en muchos platos de la región.